Él, entonces, le dijo: Hijo, tú siempre estás conmigo, y todas mis cosas son tuyas.
mas luego que vino éste tu hijo, que ha devorado tu hacienda con las rameras, has matado para él el becerro cebado.
Mas era menester hacer fiesta y regocijarnos; porque este tu hermano muerto era, y ha vuelto a vivir; y habíase perdido, y ha sido hallado.
Y el siervo no permanece en la casa para siempre: el hijo sí, permanece para siempre.
DIGO pues: ¿Ha desechado Dios a su pueblo? ¡No por cierto! porque yo también soy israelita, de la estirpe de Abraham, de la tribu de Benjamín:
¿o quién le ha dado a él primero, para que le sea recompensado?
los cuales son israelitas, de quienes son la adopción, y la gloria, y los pactos, y la promulgación de la ley, y el culto verdadero, y las promesas;