¶Entonces Moisés suplicó a Jehová su Dios, diciendo: ¿Para qué, oh Jehová, ha de encenderse tu ira contra tu pueblo, que tú sacaste de la tierra de Egipto con gran fortaleza y con mano poderosa?
Pero él respondiendo, dijo a su padre: He aquí, tantos años ha que te sirvo como un esclavo, sin haber nunca traspasado tu mandamiento; y jamás me has dado un cabrito para regocijarme con mis amigos;
El fariseo se puso en pie, y oraba consigo mismo de esta manera: Dios, te doy gracias que no soy como los demás hombres, rapaces, injustos, adúlteros, ni siquiera como este publicano.