Y su oración, y cómo fue oído, y todo su pecado, y su prevaricación, y los lugares donde edificó altos, y donde estableció Asheras y esculturas, antes que fuese humillado, he aquí que está escrito en la historia de los videntes.
¡Míranos! porque tú eres nuestro Padre, aunque Abraham no nos reconoce, e Israel nada sabe de nosotros: tú, ¡oh Jehová! eres nuestro Padre: ¡Redentor nuestro desde la eternidad, es tu nombre!
Yo dije empero: ¿Cómo te he de poner entre los hijos míos, y darte la tierra deliciosa, la más hermosa herencia de todas las naciones? Y yo mismo respondí: Tú me llamarás: Padre mío; y ya no te volverás de seguir en pos de mí.
¿No es Efraim para mí un hijo querido? ¿no es un niño en quien yo me deleito? pues aun cuando hablo contra él, me acuerdo de él con ternura todavía; por tanto mis entrañas se conmueven por él; ciertamente tendré compasión de él, dice Jehová.
Y lo que mandaron acerca de dejar el tronco de las raíces del árbol, significa que tu reino se te quedará seguro después que conocieres que gobiernan los cielos.
Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que se las piden?
Mas el publicano, estando en pie allá lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo; sino que se daba golpes de pecho, diciendo: ¡Dios, ten misericordia de mí, pecador!