y el menor de ellos dijo a su padre: Padre, dame la parte que me toca de tus bienes. Y él les repartió la hacienda.
de los hombres con tu mano, oh Jehová! de los hombres mundanos, cuya porción la tienen en esta vida, y cuyo vientre llenas de tu tesoro. Hartan a sus hijos, y dejan el resto a los chiquitos de éstos.
porque todos ellos echaron de lo que les sobra; mas ésta, de su indigencia, ha echado todo cuanto tenía, aun todo su sustento.
¶Dijo además: Cierto hombre tenía dos hijos:
Y no muchos días después, juntándolo todo el hijo menor, partió para una región lejana; y allí desperdició su caudal, viviendo disolutamente.
mas luego que vino éste tu hijo, que ha devorado tu hacienda con las rameras, has matado para él el becerro cebado.