¶Buena es la sal; mas si la sal hubiere perdido su sabor, ¿con qué será ella misma sazonada?
¶Vosotros sois la sal de la tierra: pero si la sal hubiere perdido su sabor, ¿con qué será ella misma salada? No sirve ya para nada, sino para ser echada fuera y hollada de los hombres.
Vuestra palabra sea siempre con gracia divina, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno.