Así, pues, cada uno de vosotros que no renuncia a todo cuanto posee, no puede ser mi discípulo.
Si alguno viene a mí, y no odia a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y a su misma vida también, no puede ser mi discípulo.
O si no, mientras el otro está todavía lejos, envía una embajada, y pide condiciones de paz.
Y habiendo traído sus barcas a tierra, dejándolo todo, le siguieron.
Y dejándolo todo, se levantó y le siguió.
porque Demas me ha abandonado, amando más este siglo presente, y se ha ido a Tesalónica; Crescente se ha ido a Galacia, Tito a Dalmacia.
estimando por mayor riqueza el vituperio de Cristo, que los tesoros de Egipto; porque tenía su mirada puesta en la remuneración.