¿O cuál rey, saliendo al encuentro de otro rey, no se sienta primero y consulta, si puede hacer frente con diez mil al que viene contra él con veinte mil?
A lo que respondió el rey de Israel, diciendo: Decidle: No se alabe el que se ciñe las armas, como el que se las desciñe.
¡Pon siquiera en él tu mano! ¡acuérdate de la batalla! ¡no lo volverás a hacer!
Cada designio se hace estable por medio de buen consejo; con la sabia dirección, pues, haz la guerra.
No te metas inconsideradamente en los pleitos; no suceda que no sepas qué hacer a la postre, cuando tu adversario te haya hecho avergonzar.
diciendo: Este hombre comenzó a edificar, y no pudo acabar.
O si no, mientras el otro está todavía lejos, envía una embajada, y pide condiciones de paz.