Dijo entonces el rey a Hamán: ¡Date prisa, toma el traje y el caballo, como has dicho, y hazlo así con Mardoqueo el judío, que se sienta en la puerta del rey! ¡no falte cosa alguna de cuantas has dicho!
Porque así dice el Alto y el Excelso, que habita la eternidad, y cuyo nombre es el Santo: Yo habito en el lugar alto y santo; habito también con aquel que es de espíritu contrito y humilde; para vivificar el espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los contritos.
¶Dijo también al que le había convidado: Cuando haces una comida o una cena, no llames a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a los vecinos ricos; no sea que ellos también te vuelvan a convidar, y te sea hecha recompensa.
Os digo que éste descendió a su casa justificado más bien que el otro: porque todo aquel que se ensalza, será humillado; mas el que se humilla, será ensalzado.
¶De la misma manera, vosotros los jóvenes, someteos a los ancianos; y todos vosotros, ceñíos de humildad, para servir los unos a los otros; porque Dios resiste a los soberbios, mas da gracia a los humildes.
Samuel pues le dijo: ¿No eras pequeño en tus propios ojos cuando fuiste constituído cabeza de las tribus de Israel, y te ungió Jehová por rey sobre Israel?