¶Y oyó de ello el rey Herodes (porque el nombre de Jesús se había hecho manifiesto) y decía: Juan el Bautista ha resucitado de entre los muertos, y por eso poderes milagrosos obran en él.
Pues convenía a aquel para quien son todas las cosas, y por medio de quien son todas las cosas, habiendo de llevar muchos hijos a la gloria, hacer perfecto al autor de su salvación por medio de los padecimientos.
Porque la ley constituye sumos sacerdotes a hombres sujetos a enfermedad; pero la palabra del juramento, que es después de la ley, constituye al Hijo, el cual es ya hecho perfecto para siempre.