O aquellos diez y ocho, sobre quienes cayó la torre en Siloé y los mató ¿pensáis que ellos eran más culpables que todos los hombres que habitan en Jerusalem?
Y como viesen los bárbaros el reptil colgado de su mano, decían entre sí: Sin duda este hombre es homicida, a quien aun cuando haya escapado del mar, la Justicia no le ha permitido vivir.