Y puso sobre ella las manos; y al instante ella se enderezó, y glorificaba a Dios.
Y viéndolo las gentes, quedaron asombradas, y glorificaron a Dios, que había dado tal potestad a los hombres
alzarán serpientes; y si bebieren cosa mortífera, no les dañará; sobre los enfermos pondrán las manos, y sanarán.
y le ruega mucho, diciendo: Mi hijita está en los últimos momentos. ¡Ruégote que vengas, y pongas sobre ella tus manos para que sane y viva!
Y no podía hacer milagro alguno allí, salvo que poniendo las manos sobre algunos pocos enfermos, los sanó.
Luego puso las manos otra vez sobre sus ojos; y él fijó la vista resueltamente; y quedó restituído, y veía de lejos y claramente todas las cosas.
Y como Jesús la viese, llamóla a sí, y le dijo: Mujer, libre eres de tu enfermedad.
Y al instante recibió la vista, y le seguía, glorificando a Dios. Y todo el pueblo, viendo esto, dió alabanza a Dios.
¶Mas al ponerse el sol todos los que tenían enfermos de diversas dolencias, los traían a él; y poniendo las manos sobre cada uno de ellos, los sanó.
Partió pues Ananías, y entró en la casa; y poniendo las manos sobre él, dijo: Saulo, hermano, el Señor, es decir, Jesús, que te apareció en el camino por donde viniste, me ha enviado a ti, para que recibas la vista, y seas lleno del Espíritu Santo.