Vended lo que poseéis, y dad limosna; haceos bolsas que no se envejecen, tesoro en los cielos que nunca se agota, donde ladrón no llega, ni polilla consume:
Sembráis mucho, mas recogéis poco; coméis, pero no os hartáis; bebéis, mas no os saciáis, os arropáis, pero no entráis en calor; y el que gana salario, lo gana para echar en saco roto.
Y a vosotros os digo yo: Haced para vosotros amigos por medio de las riquezas de injusticia, para que cuando falleciereis, ellos os reciban en las moradas eternas.
Cuando Jesús oyó esto, le dijo: Te falta una cosa todavía: Vende todo cuanto tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme.
cómo en medio de una grande prueba de aflicción, la abundancia de su gozo y su profunda pobreza han redundado para aumento de las riquezas de su liberalidad.