Considerad los lirios, cómo crecen: no trabajan ni hilan; mas yo os digo que ni aun Salomón, en toda su gloria, fué vestido como uno de éstos.
Considerad los cuervos, que ellos ni siembran ni siegan; los cuales no tienen almacén ni troje; y Dios los alimenta: ¿cuánto más valéis vosotros que las aves?
Pues si ni siquiera una cosa tan mínima así podéis hacer, ¿por qué os afanáis respecto de lo demás?