¶Y dijo a sus discípulos: Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, sobre lo que habéis de comer; ni por vuestro cuerpo, sobre lo que habéis de vestir.
Y cuando os trajeren ante las sinagogas, y a los magistrados, y a las autoridades, no tengáis cuidado de cómo o de qué hayáis de responder, o de lo que hayáis de decir:
No os afanéis por cosa alguna, sino que, en todas las circunstancias, por medio de la oración y la plegaria, con acciones de gracias, dense a conocer vuestras peticiones a Dios: