Una sola cosa he pedido a Jehová, y ésta buscaré; que more yo en la Casa de Jehová todos los días de mi vida, para mirar la hermosura de Jehová, y para inquirir en su Templo.
Abrí a mi amado: ¡pero mi amado ya se había retirado, había seguido adelante! ¡Yo había perdido el juicio, cuando él me habló! Busquéle, mas no le hallé; llaméle, mas no me respondió.
No he hablado en secreto, en algún sitio obscuro de la tierra; nunca he dicho a la simiente de Jacob: ¡Buscadme en vano! Yo, Jehová, hablo justicia, declaro cosas rectas.
¿Cuál de los dos hizo la voluntad del padre? Dicen ellos: El primero. Jesús les dice: En verdad os digo, que los publicanos y las rameras os van delante al reino de Dios.
Vosotros no me elegisteis a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he designado a fin de que vayáis y llevéis mucho fruto, y permanezca vuestro fruto; para que todo cuanto pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé.
Jesús respondió y le dijo: Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber; tú le habrías pedido a él, y él te hubiera dado agua viva.
(porque dice: En tiempo acepto te he escuchado, y en día de salvación te he ayudado: ¡he aquí ahora es el tiempo acepto! ¡he aquí ahora es el día de salvación!)
Pero sin fe es imposible agradarle; porque es preciso que el que viene a Dios, crea que existe, y que se ha constituído remunerador de los que le buscan.
A vosotros empero os digo, a los demás que están en Tiatira, a cuantos no aceptan esta enseñanza, y que no han conocido las cosas profundas de Satanás (como dicen ellos): No echaré sobre vosotros otra carga.