¡Verdaderamente vosotros sois testigos de que consentís en las obras de vuestros padres; porque ellos en verdad los mataron, y vosotros edificáis sus sepulcros!
Mas ellos se mofaban de los mensajeros de Dios, y despreciaban las palabras de él, y hacían escarnio de sus profetas, en grado que subió de punto la ardiente indignación de Jehová contra su pueblo, hasta no haber remedio.
Y si decís: ¿Por qué no cargó el hijo con la iniquidad de su padre? es que el hijo ha obrado según el derecho y la justicia, todos mis estatutos ha guardado y los ha cumplido; ciertamente vivirá.
¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que a la verdad parecen hermosos por fuera, mas por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia.
los cuales, conociendo la ley de Dios, que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no sólo las hacen, sino que también se complacen con los que las practican.
Dijo entonces Josué al pueblo: ¿Testigos sois contra vosotros mismos de que os habéis escogido a Jehová para servirle? Y ellos respondieron: Testigos somos.