Y su fama se extendió por toda la Siria; y traíanle todos los que estaban enfermos, atacados por diversas enfermedades y tormentos, y los endemoniados, y los lunáticos, y los paralíticos; y él los sanaba.
A éste le dice: ¡Por tu misma boca te juzgaré, siervo malvado! ¿Sabías que soy un hombre austero, que tomo lo que no deposité, y siego lo que no sembré?
¶Y Juan respondiendo, le dijo: Maestro, hemos visto a cierto hombre que echaba fuera demonios en tu nombre; y se lo vedamos, porque no te sigue con nosotros.
¶Empero ciertos de los exorcistas ambulantes, judíos, tomaron sobre sí la autoridad de invocar sobre los que tenían, espíritus malignos, el nombre del Señor Jesús, diciendo: ¡Os conjuro por Jesús a quien Pablo predica!
¶Mas sabemos que cuanto dice la ley, ella lo dice a los que están bajo la ley, para que toda boca enmudezca, y el mundo todo se tenga por reo delante de Dios.