Y al otro día cuando iba a partir, sacando dos denarios, los dió al mesonero, y le dijo: Cuida de él; y todo lo que gastares de más, yo a mi regreso te lo pagaré.
Mas al salir aquel mismo siervo, encontróse con uno de sus consiervos que le debía cien denarios; y trabando de él, le ahogaba, diciendo: ¡Paga lo que debes!