y llegándose, le vendó las heridas, echando en ellas aceite y vino, y poniéndole sobre su misma bestia, le llevó al mesón, y cuidó de él.
Mas al abrir uno de ellos su saco para dar un pienso a su asno en la posada, vió su dinero; porque, he aquí, estaba en la boca de su costal.
que sana a los quebrantados de corazón, y venda sus heridas:
¶Y aconteció en el camino, en una posada, que Jehová le salió al encuentro, y procuró matarle.
Ella ha hecho cuanto podía: adelantóse a ungir mi cuerpo para la sepultura.
Mas un samaritano que iba de camino, vino cerca de él; y cuando le vió, le tuvo compasión;
Y al otro día cuando iba a partir, sacando dos denarios, los dió al mesonero, y le dijo: Cuida de él; y todo lo que gastares de más, yo a mi regreso te lo pagaré.
y dió a luz su hijo primogénito, y le envolvió en pañales, y acostóle en un pesebre; porque no había lugar para ellos en el mesón.
Antes bien, si tu enemigo tiene hambre, dale de comer; si tiene sed, dale de beber; pues haciendo así, amontonarás ascuas de fuego sobre su cabeza.
Ved que nadie recompense el mal con el mal; mas seguid siempre lo que es bueno el uno para con el otro, y para con todos.