Y ellos, bien que oyeren, o bien que dejaren de oír (porque son una casa rebelde), sin embargo han de conocer que un profeta ha estado en medio de ellos.
¡Aun el polvo de vuestra ciudad que se ha pegado a nuestros pies, sacudimos contra vosotros; esto empero sabed, que se ha acercado a vosotros el reino de Dios!
Y cuando éstos se opusieron, y blasfemaron, sacudiendo sus vestidos, les dijo: ¡Recaiga vuestra sangre sobre vuestra misma cabeza; yo estoy limpio! ¡desde ahora me voy a los gentiles!