Y todos los que las oían, las guardaban en su corazón, diciendo: ¿Qué, pues, será este niño? Y la mano del Señor estaba con él.
Y sus hermanos le tenían envidia, mas su padre meditaba el caso.
Mas Jehová era con José, de modo que fué hombre próspero; y estaba en casa de su señor el egipcio.
Y la mano de Jehová estuvo sobre Elías, de modo que ciñéndose los lomos, corrió delante de Acab hasta llegar a Jezreel.
Dentro de mi corazón he atesorado tu palabra, para no pecar contra ti.
¡Sea tu mano sobre el varón de tu diestra, y sobre el hijo del hombre que para ti fortaleciste!
Mi mano estará presente con él; mi brazo también le fortalecerá.
¶Y el niño crecía, y se iba fortaleciendo en espíritu; y estuvo en los desiertos hasta el día de su manifestación a Israel.
María empero guardaba todas estas cosas, confiriéndolas en su corazón.
Y el niño crecía, y se iba fortaleciendo en espíritu, llenándose de sabiduría: y la gracia de Dios era sobre él.
Y descendiendo con ellos, vino a Nazaret; y les estaba sujeto. Y su madre guardaba todos estos dichos suyos en su corazón.
Penetren estas palabras en vuestros oídos: porque el Hijo del hombre va a ser entregado en mano de los hombres.
Y la mano del Señor estaba con ellos; y un gran número, habiendo creído, se volvieron al Señor.
a causa de la esperanza que os está guardada en los cielos, de la cual supisteis antes por la palabra de la verdad del evangelio,
Entonces respondió uno de los mancebos y dijo: He aquí, he visto a un hijo de Isaí bet-lehemita, que es hábil en tañer, y poderoso en valor, y hombre de guerra, y entendido en negocios, y de varonil hermosura, y Jehová es con él.
¶Samuel empero ministraba delante de Jehová, siendo aún niño, ceñido de un efod de lino.