y exclamó con voz grande, y dijo: ¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu seno!
y serán bendecidas en tu simiente todas las naciones de la tierra; por cuanto has obedecido mi voz.
porque le has hecho una bendición para siempre; llenarásle de alegría con tu rostro.
Más hermoso eres que los hijos de los hombres; la gracia es derramada en tus labios; por tanto Dios te ha bendecido para siempre.
Y entrando en donde ella estaba, le dijo: ¡Dios te guarde, oh altamente favorecida! el Señor es contigo:¡bendita tú entre las mujeres!
Y fué así que cuando oyó Elisabet la salutación de María, la criatura dio saltos en su seno; y Elisabet fue llena del Espíritu Santo,
¿Y de dónde esto a mí, que venga a mí la madre de mi Señor?
por cuanto ha mirado benignamente la bajeza de su sirvienta; pues, he aquí, desde ahora me llamarán bienaventurada todas las generaciones.
diciendo: ¡Bendito el Rey que viene en el nombre del Señor! ¡Paz en el cielo, y gloria en las alturas!
de quienes son los padres, y procedente de quienes, según la carne, vino el Cristo; ¡el cual es sobre todos, Dios bendito para siempre!
mirando a Jesús, autor y consumador de nuestra fe, el cual por el gozo que fué puesto delante de él, soportó la cruz, despreciando la vergüenza, y se ha sentado a la diestra de Dios.
¡Bendita sobre todas las mujeres sea Jael mujer de Heber cineo, sobre las mujeres, moradoras en tiendas, sea ella bendita!