Luego Moisés los tomó de sus manos; y los hizo consumir Moisés en el altar, encima del holocausto: era sacrificio de consagraciones, de olor grato; era ofrenda encendida a Jehová.
¡Despierta, oh espada, contra mi Pastor, y contra el Varón que es mi socio, dice Jehová de los Ejércitos! ¡hiere al Pastor, y serán dispersadas las ovejas, y yo tornaré mi mano contra los pequeñitos!
Y olió Jehová el olor grato; y dijo Jehová en su corazón: No volveré más a maldecir la tierra por causa del hombre; porque la imaginación del corazón del hombre es mala desde su niñez; ni volveré más a herir todo viviente, como acabo de hacerlo.
y, después de lavados en agua los intestinos y las piernas, el sacerdote hará consumir el todo sobre el altar; holocausto es, ofrenda encendida de olor grato a Jehová.