Y ofrecerás de día en día un novillo como ofrenda por el pecado, para expiación; y purificarás del pecado al altar al hacer la expiación por él; luego lo ungirás para santificarlo.
Jehová entonces volvió a decirle: Mete la mano en tu seno. Y metiendo él la mano en su seno, la volvió a sacar; y he aquí que su mano estaba leprosa, blanca como la nieve.
así rociará a muchas naciones; delante de él reyes cerrarán la boca; porque verán lo que nunca les había sido contado, y lo que nunca habían oído referir, entenderán.
y mojará el sacerdote el dedo índice derecho en el aceite que tiene en su mano izquierda, y con su dedo rociará del aceite siete veces delante de Jehová.