Los días de nuestros años son setenta años; y si a causa de mayor vigor alcanzan a ochenta años, aun así su jactada pujanza es afán y trabajo; porque presto se nos arrebata, y volamos.
Y si fuere de la edad de un mes hasta la edad de cinco años, será tu avalúo, de varón cinco siclos de plata; y de hembra será tu avalúo tres siclos de plata.
Pero si fuere demasiado pobre para pagar tu valuación, se le hará presentar delante del sacerdote, y el sacerdote le apreciará; a razón de lo que pudieren alcanzar los recursos del votante, le tasará el sacerdote.