Y ciertamente pediré cuenta de vuestra sangre, la sangre de vuestras vidas: de mano de todo animal pediré cuenta de ella, y de mano de hombre; de mano de cada hermano del hombre pediré cuenta de la vida del hombre.
será entonces, cuando así pecare, que siendo culpable, devolverá lo que robó fraudulentamente, o lo que ganó con extorsión, o el depósito que le fué encomendado, o la cosa perdida que encontró,