¶Asimismo cualquiera que hiriere mortalmente a persona alguna, será muerto irremisiblemente.
¶Dijo entonces David a Natán: ¡He pecado contra Jehová! Y Natán respondió a David: También Jehová ha dejado pasar tu pecado; no morirás.
Le dieron pues espacio, y ella misma salió por el camino por donde entran los caballos en la casa del rey; y fué muerta allí.
¶No matarás.
De manera que el que matare una bestia hará restitución; mas el que matare a un hombre, será muerto.
¶Empero si hubiere herido a su prójimo con instrumento de hierro de modo que muera, homicida es; el homicida será muerto irremisiblemente.
¡Maldito aquel que matare ocultamente a su prójimo! Y dirá todo el pueblo: ¡Amén!
No matarás.