Mas sucedió que como a los tres meses fué dado aviso a Judá, diciendo: Tu nuera Tamar ha estado fornicando, y he aquí también que está preñada de sus fornicaciones. Y dijo Judá: ¡Sacadla, para que sea quemada!
ASÍ dice Jehová: ¿Dónde está la carta del divorcio de vuestra madre, con la cual yo la repudié? ¿o a cuál de mis acreedores os he vendido? He aquí que por vuestras iniquidades fuisteis vendidos; y por vuestras transgresiones fué repudiada vuestra madre.
Le santificarás, pues, oh Israel, por lo mismo que él es quien presenta el pan de tu Dios: por tanto le tendrás por santo; porque santo soy yo, Jehová, que os santifico.