¶Y Moisés dijo a Aarón, y a Eleazar e Itamar, los hijos que le quedaban: Tomad la ofrenda vegetal que sobra de las ofrendas encendidas de Jehová, y comedla sin levadura junto al altar; porque es cosa sacratísima:
¿Por qué no comisteis la ofrenda por el pecado en lugar sagrado? porque cosa sacratísima es, y os ha sido dada para llevar la iniquidad de la Congregación, para hacer expiación por ellos delante de Jehová.
En seguida será degollado el cordero en el lugar donde se degüella la ofrenda por el pecado y el holocausto, en lugar sagrado; porque así como la ofrenda por el pecado es del sacerdote, también lo es la ofrenda por la culpa; cosa sacratísima es.
sólo que no ha de entrar a donde está el velo, ni se llegará al altar, (por lo mismo que hay defecto en él), no sea que profane mis cosas santas; porque yo soy Jehová que los santifico.
Ni aun de mano de hijo de tierra extraña habéis de sufrir que se presente el pan de vuestro Dios de ninguno de estos; porque tienen en sí su fealdad; hay defecto en ellos; no se os serán aceptos.
¶Esto empero también, ninguna cosa dedicada, que alguno apartare irrevocablemente para Jehová, de todo lo que fuere suyo propio, ora sea hombre, ora bestia o campo de su posesión, no podrá venderse ni redimirse: toda cosa apartada irrevocablemente es sacratísima a Jehová.
Y el sacerdote se vestirá su ropa de lino blanco, también sus calzoncillos de lino blanco vestirá sobre su carne. Luego alzará las cenizas a que el fuego habrá reducido el holocausto sobre el altar, y las pondrá a un lado del altar.
Toda ofrenda alzada de las cosas santas que los hijos de Israel ofrecieren a Jehová, las he dado a ti, y a tus hijos y a tus hijas contigo, como porción legal para siempre: pacto de sal es para siempre delante de Jehová, para ti y para tu simiente contigo.