Biblia Todo Logo
Referencias Cruzadas

- Anuncios -




Levítico 20:9

Biblia Version Moderna (1929)

¶Cualquier hombre pues que maldijere a su padre o a su madre será muerto irremisiblemente; ha maldecido a su padre o a su madre; recaiga su sangre sobre él.

Ver Capítulo Copiar

17 Referencias Cruzadas  

diciéndole David: Tu sangre recaiga sobre tu propia cabeza; porque tu misma boca ha dado testimonio contra ti, diciendo: ¡Yo maté al ungido de Jehová!

Así Jehová hará volver su sangre sobre su misma cabeza; puesto que acometió a dos hombres más justos y mejores que él, y los mató a espada; sin que mi padre David lo supiese: a saber, a Abner hijo de Ner, jefe del ejército de Israel, y a Amasa hijo de Jeter, jefe del ejército de Judá.

El que maldijere a su padre o a su madre, será muerto irremisiblemente.

Al que maldice a su padre o a su madre, se le apagará su lámpara en densas tinieblas.

Linaje de gente hay que maldice a su padre, y a su madre no bendice.

El ojo que se mofa del padre, y desdeña de obedecer a la madre, ¡sáquenlo los cuervos de la cañada, y cómanselo los polluelos del águila!

presta a usura y toma ganancia, ¿y acaso vivirá? ¡No vivirá! todas estas abominaciones ha cometido; ciertamente morirá. Su sangre recaerá sobre él mismo.

Al padre y a la madre han despreciado en ti; al extranjero han saqueado en medio de ti; al huérfano y a la viuda han oprimido en ti.

Y si una mujer se llegare a cualquiera bestia para ayuntarse con ella, matarás a la mujer y a la bestia: serán muertos irremisiblemente; recaiga su sangre sobre ellos.

Por tanto, el hombre o la mujer en quien haya espíritu pitónico, o que sea adivino, serán muertos irremisiblemente; los matarán a pedradas: recaiga su sangre sobre ellos.

Porque Dios mandó, diciendo: Honra a tu padre y a tu madre, y, El que maldijere al padre o a la madre, muera irremisiblemente.

Y todo el pueblo respondiendo, dijo:  ¡Recaiga su sangre sobre nosotros, y sobre nuestros hijos!

Porque Moisés dijo: Honra a tu padre y a tu madre; y: El que maldijere al padre o a la madre, muera irremisiblemente.

¡Maldito aquel que tratare con desprecio a su padre, o a su madre! Y dirá todo el pueblo: ¡Amén!

Y será así, que la sangre de todo aquel que saliere de las puertas de tu casa afuera, será sobre su propia cabeza, y nosotros seremos sin culpa; pero en cuanto a todo aquel que estuviere contigo dentro de la casa, su sangre recaerá sobre nuestra cabeza, si mano alguna le tocare.

para que la violencia hecha a los setenta hijos de Jerobaal viniese, y para que su sangre cayese sobre Abimelec su hermano, que los mató; y también sobre los vecinos de Siquem, los cuales fortalecieron sus manos para matar a sus hermanos.




Síguenos en:

Anuncios


Anuncios