Y estableceré mi pacto entre mí y ti, y tu simiente después de ti en sus generaciones sucesivas, por pacto eterno, de ser yo tu Dios, y el de tu simiente después de ti.
y les dirás: Así dice Jehová el Señor: El día en que escogí a Israel, y alcé mi mano jurando a la casa de Jacob, cuando me dí a conocer a ellos en la tierra de Egipto, y les alcé mi mano, diciendo: Yo soy Jehová vuestro Dios;
Y les dije: ¡Desechad cada uno sus cosas detestables de delante de sus ojos, y no os contaminéis con los ídolos de Egipto; pues yo soy Jehová, vuestro Dios!
porque yo soy Jehová vuestro Dios; por lo mismo os santificaréis, y seréis hombres santos, porque yo soy santo; y no habéis de contaminaros con ninguna clase de reptil que anda arrastrándose sobre la tierra.
Guardad pues mi precepto, no siguiendo ninguna de estas costumbres abominables que se han practicado antes de vosotros, ni os contaminéis con ellas. Yo Jehová vuestro Dios.
Como uno de vuestra misma nación os ha de ser el extranjero que morare con vosotros, y le amarás como a ti mismo: porque extranjeros fuisteis vosotros en la tierra de Egipto. Yo Jehová vuestro Dios.
No habéis de andar pues en las costumbres de las naciones que voy a echar de delante de vosotros; porque todas estas maldades han hecho ellos, por lo cual yo los tengo en abominación.