Le mirará pues el sacerdote, y si viere que la hinchazón de la llaga es rojiza blanca en la parte calva, ya sea por detrás ya por delante, como la apariencia de lepra en la piel de su carne,
¶Y en cuanto al hombre leproso que tuviere la llaga, sus vestidos han de quedar rasgados, y su cabeza ha de estar descubierta, y él se tapará la boca, y clamará de continuo: ¡Inmundo! ¡inmundo!