Por lo cual tomó consejo el rey, e hizo dos becerros de oro, y dijo a los Israelitas: Os es por demás subir a Jerusalem; ¡he aquí tus dioses, oh Israel, que te hicieron subir de la tierra de Egipto!
entonces al hacerse cualquiera oración y cualquiera súplica por parte de cualquier hombre, o de todo tu pueblo Israel, cuando llegare a conocer cada cual la plaga de su mismo corazón, y extendieren sus manos hacia esta Casa,
entonces, al hacerse cualquiera oración y cualquiera súplica, por parte de cualquier hombre, o de todo tu pueblo Israel, cuando llegare a conocer cada cual su propia llaga, y su propia dolor, y extendiere sus manos hacia esta Casa,
¡Ay de los que llaman a lo malo bueno, y a lo bueno malo; que ponen tinieblas por luz, y luz por tinieblas; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo!
Y TÚ, oh hijo del hombre, toma un cuchillo agudo, una navaja de barberos tomarás, y harás pasar por tu cabeza y por tu barba. Luego tomarás unas balanzas de pesar, y dividirás los pelos en tres partes.
Pero si la mancha lustrosa se detuviere en su lugar, y no hubiere cundido en la piel, mas hubiere palidecido, hinchazón de quemadura es, y el sacerdote le declarará limpio; porque es cicatriz de la quemadura.
el sacerdote mirará la llaga, y si viere que al parecer está más hundida que la piel, y que hay en ella pelo amarillento adelgazado, el sacerdote le declarará inmundo, es tiña; lepra es de la cabeza o de la barba.
Sus cabezas juzgan por premios, y sus sacerdotes enseñan por precio, y sus profetas adivinan por dinero; y con todo, se apoyan en Jehová, diciendo: ¿Acaso no está Jehová en medio de nosotros? ¡no vendrá pues sobre nosotros ningún mal!