Cuando algún hombre tuviere en la piel de su carne hinchazón, escama o mancha lustrosa, que hubiere venido a ser llaga de lepra en la piel de su carne, será llevado a Aarón, sumo sacerdote, o a uno de sus hijos, los sacerdotes:
Mas si al mirarla el sacerdote, viere que no hay en ella pelo blanco, ni está más deprimida que la piel, y ha palidecido, el sacerdote encerrará al llagado siete días.