¶Entonces yo dije: ¡Ah Jehová, Señor! ¡he aquí que mi alma nunca ha sido contaminada, ni he comido cosa mortecina, ni destrozada por fieras desde mi mocedad hasta ahora; ni carne abominable jamás ha entrado en mi boca!
¶Daniel empero resolvió en su corazón que no se contaminaría con los manjares delicados del rey, ni con el vino que bebía; por lo cual solicitó del príncipe de los eunucos, que no hubiera de contaminarse así.
No obstante estos podréis comer de todos los insectos alados que andan sobre cuatro pies, a saber, los que tienen dos piernas largas además de sus cuatro pies, para saltar con ellas sobre la tierra;
Todo alimento que es lícito comer sobre el cual viniere agua de las tales vasijas, quedará inmundo; y toda bebida que es lícito beber, que estuviere en cualquiera de las tales vasijas, quedará inmunda.
Estos empero no comeréis entre los que rumian, o entre aquellos que tienen la uña partida: El camello, pues aunque rumia, no tiene la pata dividida en dos uñas: será inmundo para vosotros.
¶Estos podréis comer entre los animales que viven en las aguas: Todo lo que tiene aletas y escamas, en las aguas de los mares y de los ríos, eso podréis comer;
No seáis llevados pues de acá para allá, con enseñanzas diversas y extrañas; porque bueno es que el corazón sea fortalecido con gracia, no con viandas que nunca aprovecharon a los que se han ocultado en ellas.
consistiendo solamente (además de viandas, y bebidas y diversos géneros de bautismos) en reglamentos carnales, impuestos hasta el tiempo de reformación.