el cual dijo: ¡Atended, oh Judá, y vosotros los habitantes de Jerusalem, y tú, el rey Josafat! Así os dice Jehová: No temáis vosotros, y no os acobardéis delante de esta tan grande muchedumbre de gentes; porque no es de vosotros la batalla, sino de Dios.
No toca a vosotros pelear en este combate; ¡apostaos, estad quedos, y ved la salvación de Jehová, obrada por vosotros, oh Judá y Jerusalem! ¡No temáis, ni os acobardéis! Salid mañana al encuentro de ellos; y Jehová estará con vosotros.
Quitó también las ruedas de los carros, de manera que los dirigían con suma dificultad. Entonces dijeron los Egipcios: ¡Huyamos de la presencia de Israel, porque Jehová pelea por ellos contra los Egipcios!
Porque así dice Jehová el Señor, el Santo de Israel: En volviéndoos a mí, y en descanso seréis salvos; en quietud y en confianza será vuestra fortaleza: mas vosotros no quisisteis.
apagaron la violencia del fuego, escaparon del filo de la espada, sacaron fuerzas de flaqueza, se hicieron poderosos en guerra, y pusieron en fuga a ejércitos de gente extranjera.
Entonces las tres compañías tocaron las trompetas, y rompieron los cántaros: luego con la mano izquierda asieron las teas encendidas, y con la derecha las trompetas que tocaban, y gritaron: ¡La espada de Jehová y de Gedeón!