Y en aquellos días no había seguridad para aquel que salía, ni para aquel que entraba; sino quebrantos grandes sobre todos los habitantes de estos países.
DALETH.- Los caminos de Sión se visten de luto, porque no hay quienes vayan a las fiestas solemnes; todas sus puertas están desoladas, sus sacerdotes gimen, sus vírgenes se afligen, y ella misma está en amargura.
TSADE.- ¡Los enemigos cazaban nuestros pasos, de modo que no podíamos transitar por las calles: cercano está nuestro fin, cumplidos son nuestros días; porque ya ha llegado nuestro fin!
y enviaré sobre vosotros las fieras del campo, que os priven de hijos, y que destruyan vuestras bestias, y a vosotros os reduzcan a pocos, y hagan solitarios vuestros caminos.
Por tanto, Sión, a causa de vosotros, será arada como un campo, y Jerusalem vendrá a ser montón de ruinas, y el monte de la Casa santa, como altos cubiertos de bosque.
Estuvieron desiertos los distritos rurales en Israel, estuvieron desiertos, hasta que yo, Débora, me levanté, hasta que me levanté por madre en Israel.