Tiende la mano izquierda al clavo, y su mano derecha al martillo de obreros, y amartilla a Sísara, le golpea la cabeza; ¡májasela, y atraviésale las sienes!
La mujer pues en su sabiduría fué a todo el pueblo; y ellos cortaron la cabeza a Seba hijo de Bicri, y se la echaron a Joab; el cual tocó la trompeta; y las tropas se dispersaron de en contra de la ciudad, yéndose cada hombre a su estancia; mas Joab volvióse a Jerusalem, al rey.
Entonces Jael, mujer de Heber, cogió un clavo de la tienda, y tomando en su mano un martillo, llegóse a él calladamente, y se lo clavó por las sienes, y lo hincó en tierra; porque él había caído en un profundo sueño, pues estaba fatigado; y así murió.