Así dice Jehová: Se oye una voz en Ramá lamentación y llanto amargo: es Raquel que llora a sus hijos, y rehusa ser consolada acerca de sus hijos, porque ya no existen.
HABÍA cierto hombre de Ramataim-zofim, de la serranía de Efraim, que se llamaba Elcana, hijo de Jeroham, hijo de Elíú, hijo de Tohú, hijo de Zuf, efrateo.
¶Y por la mañana madrugaron y adoraron delante de Jehová; luego regresaron y vinieron a su casa en Ramá. Y llegóse Elcana a Ana su mujer, y Jehová se acordó de ella.
Y oyó Saúl que habían sido descubiertos David y los hombres que le acompañaban. Y Saúl estaba sentado en Gabaa, debajo de un tamarindo, sobre un alto, con su lanza en la mano, y todos sus siervos estaban al rededor de él.
Y MURIÓ Samuel; y reunióse todo Israel, y le hicieron lamentación, y le enterraron en su casa, en Ramá. Después de esto David se levantó, y fuese al desierto de Parán.