¶Entonces Helcías sacerdote, y Ahicam, y Acbor, y Safán, y Asaya fueron a Hulda profetisa, mujer de Sallum hijo de Ticva, hijo de Carcás, jefe del guardarropa, la cual habitaba en Jerusalem, en la ciudad segunda, y hablaron con ella.
¡Acuérdate, oh Dios mío, de Tobías y de Sanbalat, conforme a estas sus obras; y también de Noadías profetisa, y de los demás profetas supuestos que procuraban meterme miedo!
¶Había también cierta profetiza, llamada Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser; era de grande edad, habiendo vivido con su marido siete años desde su doncellez;
Y clamaron los hijos de Israel a Jehová; porque tenía Jabín novecientos carros de hierro, y había oprimido a los hijos de Israel con violencia durante veinte años.