Entonces Abner dió voces a Joab, y le dijo: ¿Ha de devorar la espada para siempre? ¿no sabes tú que habrá amargura a la postre? ¿Hasta cuándo, pues, tardarás en decir al pueblo que se vuelva de perseguir a sus hermanos?
¿Cómo te he de abandonar, oh Efraim? ¿podré yo entregarte, oh Israel? ¿cómo te he de hacer como Adma? ¿cómo te pondré como Zeboim? ¡se ha revuelto mi corazón dentro de mí, mis compasiones todas juntas están encendidas!
Y fué así que como él la viese, rasgó sus vestidos, y le dijo: ¡Ay de mí, hija mía! me has abatido por completo; y tú has venido a ser del número de los que me tienen turbado; porque he abierto mi boca a Jehová, y no podré volver atrás.
Porque habían subido los hijos de Israel, y llorado delante de Jehová hasta la tarde; y consultaron a Jehová, diciendo: ¿Debo volver a acercarme en batalla contra los hijos de Benjamín mi hermano? Y respondió Jehová: Subid contra él.
¶Entonces dijeron los hijos de Israel: ¿Quién hay de entre todas las tribus de Israel, que no haya subido en la Asamblea a Jehová? porque habíase hecho un gran juramento contra aquel que no subiere a Jehová en Mizpa, diciendo: ¡Que muera irremisiblemente!
¿Qué hemos de hacer a fin de conseguir mujeres para los que han quedado, puesto que nosotros hemos jurado por Jehová no darles de nuestras hijas por mujeres?