Y levantaron sobre él un gran montón de piedras que dura hasta hoy. Así tornóse Jehová del ardor de su ira. Por tanto se ha llamado aquel lugar, Valle de Acor hasta el día de hoy.
Tomó pues Manoa un cabrito de las cabras, con la ofrenda vegetal correspondiente, y ofreciólo a Jehová sobre la peña. Y el Ángel obró maravillosamente, en tanto que Manoa y su mujer le miraban.
EL Ángel de Jehová subió entonces de Gilgal a Boquim, y dijo: Yo os hice subir de Egipto, y os traje a la tierra que tenía jurada a vuestros padres y dije: No quebrantaré mi pacto con vosotros.