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Referencias Cruzadas

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Jueces 19:16

Biblia Version Moderna (1929)

Mas he aquí un anciano que volvía de su trabajo del campo, al anochecer; el cual hombre era natural de la serranía de Efraim, y moraba como forastero en Gabaa; pero los hombres del lugar eran benjamitas.

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16 Referencias Cruzadas  

Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra de donde fuiste tomado; porque polvo eres, y al polvo tornarás.

Sale el hombre a su obra y a sus labores hasta la tarde.

Pues comerás del trabajo de tus manos: bienaventurado serás, y bien te irá.

Las riquezas adquiridas sin esfuerzo se menoscaban; pero el que recoge con mano laboriosa las aumenta.

En todo trabajo hay provecho; mas la parlería de los labios conduce solamente a la indigencia.

Apronta tu obra afuera, y prepáratela en el campo; y después edificarás tu casa.

entonces apliqué mi corazón a buscar y  averiguar, con sabiduría, lo concerniente a cuanto se hace debajo del sol: trabajo ímprobo que ha señalado Dios a los hijos de los hombres, para que se ocupen en él.

Dulce es el sueño del trabajador, sea que coma poco o mucho; pero la abundancia del rico no le concede tranquilidad para dormir.

Ellos se han corrompido profundamente como en los días de Gabaa; él se acordará de su iniquidad, castigará sus pecados.

El que hurtaba, no hurte más, sino antes trabaje, obrando con sus manos lo que sea honrado, para que tenga de qué dar al que tuviere necesidad.

Pues aun cuando estábamos con vosotros, os mandábamos esto: Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma.

ACONTECIÓ también en los días que no había rey en Israel, que hubo cierto levita que habitaba como forastero en lo más adentro de la serranía de Efraim, el cual había tomado para sí una concubina de Bet-lehem de Judá.

Pasaron pues, y caminaron adelante; y se les puso el sol junto a Gabaa, que era de Benjamín.

Por lo cual se desviaron hacia allá, para pasar la noche en Gabaa: y entrando, se sentaron en la plaza de la ciudad; porque no hubo persona que los acogiese en su casa para pasar la noche.

Y levantando los ojos, vió al viandante en la plaza de la ciudad; y le dijo el anciano: ¿A dónde vas, y de dónde vienes?




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