Y le dijeron: Hemos descendido para amarrarte, a fin de entregarte en mano de los Filisteos. Entonces les dijo Samsón: Juradme que no me acometeréis vosotros mismos.
Por lo cual descendieron tres mil hombres de Judá a la hendidura del peñón de Etam, y dijeron a Samsón: ¿Acaso tú no sabes que los Filisteos señorean sobre nosotros? ¿qué pues es esto que has hecho? Y él les contestó: Según ellos hicieron conmigo, así he hecho yo con ellos.
Y ellos le hablaron, diciendo: No hay que temer; pues tan sólo te ataremos y te entregaremos en mano de ellos, pero de ninguna manera te mataremos nosotros. Le ataron pues con dos sogas nuevas, y le hicieron subir del peñón.
Entonces dijeron Zeba y Zalmuna: Levántate tú, y arrójate sobre nosotros; porque como es el hombre, así es su fuerza. Levantóse pues Gedeón, y mató a Zeba y a Zalmuna; y tomó las media-lunas que traían al cuello de sus camellos.