Y dijo Manoa: Y bien, cuando se verifiquen tus palabras, ¿cuál ha de ser el régimen del muchacho y lo que se le ha de hacer?
Porque yo le he conocido a fin de que mande a sus hijos y a su casa después de sí, de modo que guarden el camino de Jehová, haciendo justicia y juicio; para que haga venir Jehová sobre Abraham lo que ha prometido acerca de él.
¡Hazme oír por la mañana tu misericordia, porque en ti he confiado! ¡hazme saber el camino por donde debo andar, porque levanto mi alma a ti!
Críese al niño en el camino en que debe andar y cuando fuere viejo no se apartará de él.
y él me enseñó, y me decía: Retenga mis palabras tu corazón; oye mis mandamientos y vivirás
Y vosotros padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino educadlos en la disciplina y amonestación del Señor.
Entonces Manoa se levantó, y fué tras su mujer, y vino al varón, y le dijo: ¿Eres tú el hombre que hablaste con esta mujer? Y contestó: Yo soy.
Y contestó el Ángel de Jehová a Manoa: De todo lo que dije a la mujer, guárdese ella.