que has guardado para con tu siervo David, mi padre, lo que le prometiste; porque con tu boca lo prometiste, y con tu mano lo has cumplido, como hoy se ve.
¶Y aconteció que estando Josué cerca de Jericó, alzó los ojos, y miró; y he aquí un hombre que estaba en pie frente a él, con su espada desenvainada en la mano. Josué entonces fué a él y le dijo: ¿Eres tú de los nuestros, o de nuestros enemigos?
¶Y Manoa rogó a Jehová, diciendo: Óyeme, Señor: yo te ruego que el varón de Dios que enviaste venga otra vez más a nosotros, y nos enseñe lo que hemos de hacer con el niño que ha de nacer.