Vino pues al rey; y el rey le dijo: Micaya, ¿debemos ir a pelear contra Ramot-galaad, o debemos desistir? Y él le dijo irónicamente: ¡Sube, y tendrás feliz suceso; porque la entregará Jehová en mano del rey!
Juntó pues el rey de Israel a los profetas de Baal, como cuatrocientos hombres, y les dijo: ¿Subiré a la guerra contra Ramot-galaad, o desistiré? A lo que dijeron ellos: Sube; que la entregará el Señor en mano del rey.
y cuando Jehová tu Dios las hubiere entregado delante de ti y tú las hubieres herido, las destruirás del todo; no harás con ellas pacto alguno, ni les tendrás piedad.
Sabe pues el día de hoy, que Jehová tu Dios es el que va a pasar delante de ti, cual fuego devorador; él los destruirá, y él los doblegará delante de ti, para que los puedas desposeer y exterminar en breve, según te ha prometido Jehová.
Entonces dijo Judá a Simeón su hermano: Sube conmigo a la tierra de mi herencia, para que peleemos contra el Cananeo, y yo también iré contigo a la tierra de tu herencia. Y fué con él Simeón.
Dijo pues Jonatán a su paje de armas: Ven, pasemos a la guarnición de estos incircuncisos, quizá obrará Jehová juntamente con nosotros; porque para con Jehová no hay estorbo en salvar por muchos o por pocos.