Mas ellos dijeron: ¡Quita allá! Dijeron también: ¡Este tal vino a morar como extranjero, y quiere hacerse juez! Ahora pues te haremos más mal a ti que a ellos. Y arrojáronse sobre el hombre, sobre Lot, con gran violencia, y acercáronse para romper la puerta.
Pero sucedió que, mientras le hablaba, Amasias le respondió: ¿Acaso te hemos constituído a ti consejero del rey? Desiste; ¿por qué te habrán de matar? En efecto desistió el profeta; mas le dijo: Ya sé que Dios ha determinado destruirte, por cuanto has hecho esto, y no has escuchado mi consejo.
A lo que respondió: ¿Quién te ha puesto a ti por príncipe y juez sobre nosotros? ¿Acaso piensas matarme a mí como mataste al egipcio? Por esto Moisés tuvo miedo, y dijo: ¡Indudablemente se ha divulgado esto!
¡Oíd el oráculo de Jehová, los que reverenciáis su palabra! Vuestros hermanos que os odian, y que os han echado fuera a causa de mi nombre, dicen: ¡Sea glorificado Jehová! mas él aparecerá para gloria vuestra, y ellos serán avergonzados.
Bienaventurados sois cuando los hombres os aborrecieren, y cuando os apartaren de su trato, y os vituperaren, y desecharen vuestro nombre como malo, por causa del Hijo del hombre.
Esto lo dijeron sus padres, porque temían a los judíos; porque los judíos habían ya convenido, que si alguno confesara que él era el Cristo, fuese echado de la sinagoga.
en medio de los cuales también nosotros todos en un tiempo vivíamos, en las concupiscencias de nuestra carne, cumpliendo los deseos de la carne y de los pensamientos; y éramos por naturaleza hijos de ira, así como los demás.
¶De la misma manera, vosotros los jóvenes, someteos a los ancianos; y todos vosotros, ceñíos de humildad, para servir los unos a los otros; porque Dios resiste a los soberbios, mas da gracia a los humildes.
Por lo cual, si voy allá, traeré a memoria las obras que él hace, esparciendo contra nosotros palabras maliciosas; y no satisfecho con esto, ni recibe él a los hermanos, ni se lo permite a los que quieren hacerlo, y los echa fuera de la iglesia.