Entonces le dijeron otra vez: ¿Qué te hizo? ¿cómo te abrió los ojos?
Responde al insensato según su necedad; para que él no sea un sabio en su propio concepto.
Y preguntaron a Baruc: Rogámoste nos digas cómo escribiste de su boca todas estas palabras.
Y los escribas y los fariseos le estaban acechando, por ver si le sanaría en el sábado, a fin de hallar cómo podrían acusarle.
Dijéronle entonces: ¿Pues cómo te fueron abiertos los ojos?
Otra vez, pues, los fariseos le preguntaron cómo había recibido la vista. Y él les dijo: Puso lodo sobre mis ojos, y me lavé, y veo.
El por tanto respondió: Si es pecador, no lo sé; una cosa sé, que habiendo yo sido ciego, ahora veo.
Les respondió: Os dije ya, y no escuchasteis; ¿por qué queréis oírlo otra vez? ¿queréis vosotros también haceros sus discípulos?