Respondió Jesús: No tengo demonio; mas honro a mi Padre, y vosotros me deshonráis.
Jehová se complace con él a causa de su propia justicia; engrandece la ley, y la hace honorable.
y me ha dicho: ¡Tú eres mi siervo, oh Israel, en quien me glorificaré!
Empero Jesús, al oír esto, dijo: Esta enfermedad no es para muerte, sino para gloria de Dios, para que sea glorificado el Hijo de Dios por medio de ella.
¡Padre, glorifica tu nombre! Entonces vino una voz del cielo, que decía: Ya lo he glorificado, y otra vez lo glorificaré.
Y todo cuanto pidiereis al Padre en mi nombre, eso haré yo, para que el Padre sea glorificado en el Hijo.
Yo te he glorificado en la tierra; he acabado la obra que me diste que hiciese.
La multitud respondió: ¡Demonio tienes! ¿quién procura matarte?
Y el que me envió, está conmigo; el Padre no me ha dejado solo; porque hago siempre las cosas que le agradan.
Ellos pues salieron de la presencia del Sinedrio, gozosos de que habían sido tenidos por dignos de padecer afrenta a causa del Nombre.
¿Acaso la naturaleza misma no os enseña que si el hombre lleva la cabellera larga, le es una deshonra?
se siembra en deshonra, será resucitado en gloria; se siembra en debilidad, será resucitado en poder;
quien, cuando fué ultrajado, no volvió a ultrajar; cuando padeció, no usó de amenazas, sino que remitió su causa a aquel que juzga justamente;